La clave para organizar la mente
La neurocientífica española Nazareth Castellanos ha compartido una perspectiva interesante sobre algo tan sencillo como respirar. Según ella, controlar nuestra respiración de manera consciente no solo calma la mente, sino que también ayuda a mejorar la atención. Suena simple, ¿verdad? Pero hay ciencia detrás.
Durante una charla reciente en el programa Aprendemos Juntos —sí, lo pueden encontrar en YouTube—, Castellanos contó una anécdota de Albert Einstein. Cuando el físico terminó una conferencia en Madrid, dijo: “No espero que nadie me haya comprendido, pero no importa; en el intento de comprenderme, he introducido orden en sus cerebros”. Para Castellanos, esta frase refleja cómo la atención genera orden en nuestro cerebro, y la respiración puede ser la clave para lograrlo.
La respiración como sincronía cerebral
Castellanos explica que nuestro cerebro tiene la capacidad de “aprender a ordenarse”. Aunque respirar es automático, el modo en que lo hacemos puede afectar nuestra coordinación interna. La mayoría de las personas respira de manera irregular, lo que provoca que el sistema nervioso se desorganice. Cada inhalación y exhalación se vuelve desincronizada, enviando señales confusas al cerebro.
En cambio, cuando nos tomamos unos minutos al día para respirar de manera regular y pausada, comenzamos a activar un proceso que favorece la coherencia neuronal. “Sentarse diez minutos a respirar con conciencia es una forma sencilla de calmar la mente”, comenta Castellanos. La respiración se convierte en un instrumento de orden.
Una mente en armonía
La investigadora compara este proceso con una orquesta. Cada parte de nuestro cerebro representa un instrumento, y la respiración actúa como el director que marca el ritmo. Cuando leemos o prestamos atención, hacemos que nuestro cerebro funcione como una orquesta bien afinada.
Esta armonía interna es crucial para nuestro bienestar mental. Solo cuando las diferentes regiones del cerebro están sincronizadas, podemos procesar información, tomar decisiones y mantener el equilibrio emocional.
Castellanos anima a hacer de la respiración consciente un hábito diario. Aunque parece muy simple, esta práctica puede tener un impacto real y medible. Disminuye el estrés, mejora la concentración y robustece nuestra estabilidad emocional.
Ella concluye recordándonos que “respirar con atención es darle al cerebro la oportunidad de ordenarse”. Una herramienta tan básica como el aire que respiramos puede, de hecho, transformar nuestra mente.